Un ejemplo de lo que empieza a ser ya una práctica bastante usual... enfrentadas las unas a las otras en el mismo emplazamiento nos encontramos estas palmeras. Unas verdaderas, dando un pequeño toque de naturaleza en semejante explanada de asfalto, las otras de acero, y sin ninguna función aparente (ya que debido a su composición y altura no sirven ni para crear un espacio de sombra ni para proteger de la lluvia...).
Para gustos colores. Decirnos cual de ellas preferis.
En este caso, parece obvio cual es más interesante y cual es un mero gasto innecesario y orteril, por parte del arquitecto.
ResponderEliminarPero sí que he de decir, que en algunos ejemplos me parecerían bien, a modo de pérgola, techumbre, e incluso decorativas( que en este caso no cumplen esa función)...
Palmeras naturales 1 - Artificiales 0
(ahora habría que buscar ejemplos de artificilaes bien conseguidas...)
Estoy totalmente de acuerdo con el anterior comentario, existen ejemplos de pérgolas haciendo un guiño a elementos naturales que funcionan muy bien.
ResponderEliminarEn este caso la votación es más que clara:
Palmeras naturales 2- Artificiales 0
Lucia
3-0!!!
ResponderEliminarjejeje... no hay duda. Si alguno ve el ejemplo contrario que nos pase la foto y la subimos para poder comparar.
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